
Desnuda el vértigo de tus quimeras
en la cuna de mi ternura.
Piérdete en la bruma que amanece
derramando el aroma amargo de los temores
en el humo de las fragilidades.
Y deja que estalle la flor
en el apasionado vergel
que inunda de fulgor mi alcoba.
El Argonauta Enmascarado.
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